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UN PARTIDO, PARTIDO EN MIL PEDAZOS

Publicado: 2019-02-28

Cuando estaba en la facultad de periodismo recuerdo claramente la clase de Sociedad y Estado en el Perú donde tomamos un buen tiempo para hablar sobre los partidos políticos y su participación en el país. Por aquel entonces recién salíamos de las elecciones municipales del 2014 y se murmuraban algunos nombres para la contienda presidencial del 2016 en algún momento de la clase hubo mucho énfasis en algo llamado “movimientos presentistas” quizás mi docente tocó el tema como un vaticinio por su pericia o a lo mejor fue una inopinada casualidad de lo que nos depararía como país. 

Y, es que la raíz de los problemas políticos y los problemas sociales, se deben a la frágil institucionalidad, presencia y participación de los realmente contados “partidos” políticos conformados en el país. Un ejemplo de partido es Alianza para el Progreso que elección tras elección se fortalece, con distritos, provincias e incluso regiones y hoy por hoy tiene cierta autoridad moral para generar posiciones en temas de interés nacional y a la otra orilla partidos que nacieron con la buena intención de participar en las presidenciales y no lograron más del primer digito resultado ineludible su desaparición.

Atrás quedaron viejas glorias como el Partido Popular Cristiano que vio sus mejores momentos en sus alianzas tanto en el Fredemo como en la Unidad Nacional pero calcinó la buena imagen del mapa al aliarse con el APRA ¿Enserio PPC? La sorpresa del proceso de la vieja escuela es Acción Popular, que supo quitarse la imagen de un partido tradicional para apostar por un Barnechea que más que memes supo tocar con tino y seriedad temas sensibles que calaron en la mente de la clase media.

Según el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones en el Perú existen 20 partidos políticos. Si, un exceso. Y los grandes causantes de este desastre son aquellos líderes políticos o colectivos no se atreven a militar, vivir la mística partidaria y construir partido porque quieren ser la trillada “nueva reserva moral” del Perú.

Y es así como tenemos partidos personalistas que no podrían vivir sin su líder, amo y señor y es tan rochozo su “liderazgo” que hasta el símbolo los inmortaliza. Como olvidar la chacana de Perú Posible con la T de Toledo, el Partido Nacionalista con la O de Ollanta, Fuerza Popular con la K de ¿Keiko Fujimori? De ¿Kenji Fujimori? ¿Alberto Kenja Fujimori? O ¿Ven Kaori, hijita ven? Y el que indudablemente se lleva el título deshonroso de esta columna es PPK de Peruanos por el Kambio, que nadie se dio cuenta que se referían a Pedro Pablo Kuczynski. (ironía)

El gran problema de tener partidos personalistas es que si su líder se debilita o sufre de una muerte súbita pública, social y política se lleva también al partido. Recordemos a Alejandro Toledo, desde que se conoció el caso Ecoteva su bancada se debilitó quedándose solo con cuadros débiles y a pesar que el Congreso aprobó la exoneración de participar en una elección general sin perder la inscripción Perú Posible se la jugó y un partido que fue gobierno quedó en el olvido.

Hoy Peruanos Por el Kambio pasa por lo mismo, con apenas dos años de creado se aventuraron a lanzarse a la cancha presidencial e inmediatamente cuando el gobierno de Kuczynski empezó a ser golpeado por el fujimorismo los cuadros se fueron separando, las bases desapareciendo, los congresistas renunciando y los chismes de té debilitando y desautorizando a los pocos valientes que se aventuraban a firmar por un partido que a pulso está escribiendo la crónica de su muerte anunciada.

El presidente Vizcarra se considera independiente y la bancada PPK lucha como un hijo negado a ser reconocido y reclamar el gobierno que su partido ganó. Las elecciones municipales y regionales del 2018 fue un perfecto medidor de la presencia y aceptación de Peruanos por el Kambio a nivel nacional y sorprende que hasta Todos por el Perú, el partido de la antorcha, el mismo que pasó desapercibido e inactivo durante casi 10 años tuvo más éxito y convocatoria a nivel nacional, y no necesariamente por el agrio recuerdo de Julio Guzmán.

Con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia del partido, el nombre de Peruanos por el Kambio (PPK) ya no tiene razón de ser y es momento oportuno para cambiar y en un futuro conformar alianzas y pasar desapercibido hasta que la gente se olvide y regrese como el ave fénix. Igual que Cambio 90 ¿No sabían? Cambio 90, el partido que llevó a Alberto Fujimori a la presidencia aún vive y es el único partido de la vieja guardia fujimorista activo, solo que en el 2013 cambió de denominación a Perú Patria Segura, el partido de Renzo Reggiardo.

Nadie puede desearle el fracaso a otro, solo hay que anhelar que nuestro actual partido de gobierno haga cura de silencio e identidad y luche por no desaparecer, porque un partido que llegó a gobernar un país desaparezca y quede en el sueño de los justos es una vergüenza para la historia política de un país dejando en evidencia nuestra pobre unidad y capacidad de organización.


Escrito por

Rodrigo Rivera Lozano

Lima, 1995. De Pueblo Libre pero viví la calle dura de Barrios Altos. Comunicador social y político aficionado. Firme y feliz por la unión.


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